Prólogo
(Vorwort)
Haciendo un poco de historia comprenderemos cómo surgió el proyecto de este libro. El mismo tuvo su gestación cuando Cristian era muy pequeño, aunque no era conciente a dónde lo llevaría ese interés personal. Desde muy chico oía conversar a sus abuelos Cristian y Enriqueta de una manera extraña, distinta a la de sus padres. Fue ahí cuando palabra que oía la plasmaba con un clavito en la pared del ranchito de adobes donde jugaba todos los días. Con el correr del tiempo su interés fue creciendo. La abuela le enseñó las letras góticas y a escribir en el “alto alemán”, es decir en Hochdeutsch. En esos años de infancia pasaba largas horas con los abuelos tratando de aprender todas las palabras posibles, preguntando constantemente qué es eso, qué significa, por qué se dice de tal manera, hasta llegar a compartir entre los tres un diálogo si bien no muy extenso al menos coherente. Podríamos afirmar que allí nació la iniciativa por conservar ese dialecto. Con el paso del tiempo fue viendo que eran los adultos los que solamente hablaban y que los jóvenes intentaban olvidarse del idioma. El temor por perder el alemán lo condujo a empezar a grabar esas palabras, conversando con todas aquellas personas que lo hablaban, para plasmarlas por escrito en lo que en el año dos mil pensó en llamar “Das Wolgadeutsch”.
Posteriormente la vida lo condujo por nuevos caminos, nos encontramos, hallando en el otro la misma esencia y el mismo amor por nuestros ancestros. Y desde ese momento fuimos un mutuo sostén, y más aún en este propósito.
Debo aclarar que en lo personal esta empresa es gratificante porque también desciendo de alemanes del Volga y siempre me he interesado por el dialecto aunque me haya sucedido lo contrario. Siendo una niña quise escribir el dialecto pero me decían los mayores que no se podía y fue ahí cuando abandoné mi meta. La palabra de mi tío José aún suena en mis oídos “vos te vas a arrepentir Kind de no aprender el alemán”… y realmente era verdad, el tiempo me lo confirmó. Pero no es tarde y por eso estoy aquí.
Esperamos que este pequeño libro sea el impulso para que otros se contagien e imiten la ardua tarea de conservar el dialecto por medio de la oralidad o de la escritura. Aquí está el esfuerzo de muchos años plasmado en una minuciosa recopilación de vocablos, frases y oraciones, para que ustedes tengan el placer que desde hace tiempo tenemos nosotros al leer cada palabra y hallar en ellas cuán rica es la cultura de los alemanes del Volga. De allí la idea de que el dialecto es un medio de transmisión cultural. Valoremos su riqueza en cuanto a la información que, mediante las palabras, nos llega de aquel mundo alejado y lleno de vicisitudes. Esperamos que sea del agrado de todos ustedes y que comprendan que fue hecho con todo el esfuerzo pese a ser concientes que falta mucho por hacer y que esto es sólo un granito de arena para sumar a la tarea de muchas personas que intentan, por distintos medios, conservar la cultura de nuestros ancestros.
Eliana Alejandra Prost Ruppel
(Vorwort)
Haciendo un poco de historia comprenderemos cómo surgió el proyecto de este libro. El mismo tuvo su gestación cuando Cristian era muy pequeño, aunque no era conciente a dónde lo llevaría ese interés personal. Desde muy chico oía conversar a sus abuelos Cristian y Enriqueta de una manera extraña, distinta a la de sus padres. Fue ahí cuando palabra que oía la plasmaba con un clavito en la pared del ranchito de adobes donde jugaba todos los días. Con el correr del tiempo su interés fue creciendo. La abuela le enseñó las letras góticas y a escribir en el “alto alemán”, es decir en Hochdeutsch. En esos años de infancia pasaba largas horas con los abuelos tratando de aprender todas las palabras posibles, preguntando constantemente qué es eso, qué significa, por qué se dice de tal manera, hasta llegar a compartir entre los tres un diálogo si bien no muy extenso al menos coherente. Podríamos afirmar que allí nació la iniciativa por conservar ese dialecto. Con el paso del tiempo fue viendo que eran los adultos los que solamente hablaban y que los jóvenes intentaban olvidarse del idioma. El temor por perder el alemán lo condujo a empezar a grabar esas palabras, conversando con todas aquellas personas que lo hablaban, para plasmarlas por escrito en lo que en el año dos mil pensó en llamar “Das Wolgadeutsch”.
Posteriormente la vida lo condujo por nuevos caminos, nos encontramos, hallando en el otro la misma esencia y el mismo amor por nuestros ancestros. Y desde ese momento fuimos un mutuo sostén, y más aún en este propósito.
Debo aclarar que en lo personal esta empresa es gratificante porque también desciendo de alemanes del Volga y siempre me he interesado por el dialecto aunque me haya sucedido lo contrario. Siendo una niña quise escribir el dialecto pero me decían los mayores que no se podía y fue ahí cuando abandoné mi meta. La palabra de mi tío José aún suena en mis oídos “vos te vas a arrepentir Kind de no aprender el alemán”… y realmente era verdad, el tiempo me lo confirmó. Pero no es tarde y por eso estoy aquí.
Esperamos que este pequeño libro sea el impulso para que otros se contagien e imiten la ardua tarea de conservar el dialecto por medio de la oralidad o de la escritura. Aquí está el esfuerzo de muchos años plasmado en una minuciosa recopilación de vocablos, frases y oraciones, para que ustedes tengan el placer que desde hace tiempo tenemos nosotros al leer cada palabra y hallar en ellas cuán rica es la cultura de los alemanes del Volga. De allí la idea de que el dialecto es un medio de transmisión cultural. Valoremos su riqueza en cuanto a la información que, mediante las palabras, nos llega de aquel mundo alejado y lleno de vicisitudes. Esperamos que sea del agrado de todos ustedes y que comprendan que fue hecho con todo el esfuerzo pese a ser concientes que falta mucho por hacer y que esto es sólo un granito de arena para sumar a la tarea de muchas personas que intentan, por distintos medios, conservar la cultura de nuestros ancestros.
Eliana Alejandra Prost Ruppel